Jul 24

Del patio trasero al boom global: la historia del pickleball

La historia del pickleball; de un juego improvisado en los años 60 a convertirse en uno de los deportes de más rápido crecimiento del mundo, con presencia cada vez más fuerte en Europa y una comunidad global en expansión.


Origen informal: de un juego casero a un nuevo deporte

La historia del pickleball comienza en 1965, en Bainbridge Island, Washington (EE. UU.), cuando tres padres —Joel Pritchard, Bill Bell y Barney McCallum— decidieron improvisar un juego para entretener a sus hijos durante las vacaciones.

Utilizaron palas de madera caseras, una pelota perforada de plástico y una pista improvisada con una red baja, en el patio trasero de una casa. La combinación resultó tan divertida que comenzaron a compartirla con vecinos, amigos y comunidades cercanas.

El deporte recibió el nombre de pickleball, aunque su origen exacto es objeto de debate: algunos lo atribuyen al perro de la familia Pritchard, llamado “Pickles”, y otros a la expresión “pickle boat”, usada en remo para referirse a una mezcla de deportistas. Sea cual sea su verdadera inspiración, el nombre se mantuvo.


Expansión en EE. UU.: crecimiento comunitario y accesibilidad

Durante décadas, el pickleball se expandió silenciosamente por EE. UU., especialmente en comunidades residenciales, clubes recreativos y centros para adultos mayores. Su principal ventaja era su accesibilidad: requería poco equipamiento, podía practicarse en espacios reducidos y ofrecía una experiencia dinámica sin la exigencia física de otros deportes de raqueta.

Además, su sistema de puntuación y su curva de aprendizaje rápida lo hacían ideal tanto para jugadores nuevos como para deportistas experimentados. Esta combinación de sencillez y profundidad táctica lo convirtió en un deporte inclusivo y adaptable.


Explosión reciente: cifras que confirman el auge

En la última década, el pickleball dejó de ser un pasatiempo local para convertirse en una tendencia deportiva mundial. Solo en EE. UU., según la Sports & Fitness Industry Association (SFIA), el número de jugadores ha superado los 36 millones, con un crecimiento anual de alrededor del 15 %.

Este crecimiento ha sido impulsado por una mayor visibilidad en redes sociales, la participación de figuras públicas, y la creación de comunidades activas en plataformas como YouTube, TikTok e Instagram. En muchos estados norteamericanos, las canchas públicas de tenis están siendo adaptadas a pickleball para dar respuesta a la demanda creciente.


Profesionalización: ligas, patrocinadores y alto rendimiento

A medida que el interés aumentaba, surgieron también estructuras profesionales que transformaron el pickleball de un deporte recreativo a una competencia organizada y mediática.

La fundación de ligas como la Major League Pickleball (MLP), torneos como el APP Tour o el PPA Tour, y la aparición de contratos, premios económicos y rankings internacionales, marcaron un antes y un después en su desarrollo.

También comenzó la entrada de patrocinadores, marcas deportivas, fondos de inversión y figuras del deporte profesional que vieron en el pickleball un mercado emergente. El deporte empezó a vincularse con innovación, wellness, contenido digital y comunidad.


Europa y España: un desarrollo emergente

En Europa, el pickleball avanza a otro ritmo, pero con señales claras de consolidación. Países como España, Francia, Italia y Alemania ya cuentan con federaciones, ligas locales, torneos abiertos y espacios de entrenamiento dedicados exclusivamente a este deporte.

En el caso español, el crecimiento es reciente pero sostenido. Clubes y escuelas especializadas están surgiendo en regiones como Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía y Madrid, donde la demanda de pistas y formación ha comenzado a crecer.

La participación en ligas internacionales, la creación de eventos locales y la presencia en redes sociales están ayudando a posicionar el pickleball en el mapa del deporte moderno europeo.


Perspectiva futura: de lo recreativo a lo competitivo

Todo indica que el pickleball no es una moda pasajera. Su versatilidad, capacidad de adaptación y perfil intergeneracional lo hacen ideal para un mundo que valora el deporte social, el bienestar y la conexión comunitaria.

El próximo reto será mantener su esencia lúdica y accesible, mientras se consolida su parte profesional: ligas con mayor visibilidad, cobertura mediática, infraestructura especializada, y una estructura de formación y competición estable.

Con más de 50 países practicándolo y nuevas generaciones de jugadores emergiendo, el pickleball se prepara para dar el siguiente paso: convertirse en un deporte verdaderamente global.